SITIO IDEAL

Municipio de arte
Por: Jéssica Fernanda Torres Rodríguez



Catedral Central
Así es Barichara, un municipio de Santander que ha grabado su historia literalmente a mano, con porra y puntero. La mayoría de las personas que conocen este pueblo, al remembrar su nombre lo primero que les viene a la mente, son las imágenes de estatuas talladas en mármol, paisajes artísticos,  hormigas culonas y un lugar en donde el calor abrigador acompaña mañana y tarde.

La historia de la expresión artística de la talla, se remonta según Heriberto Silva Rangel, historiador empírico, nacido sobre esta tierra de casas con apariencia de castillos en porcelana, calles angostas, esculturas y piedras que subyacen en el suelo, "desde la existencia del mismo pueblo, ya que tanto criollos, como indígenas y españoles la construyeron así, desde 1760". 


"Aquí todo está hecho a base de piedra: edificaciones, patios, fachadas, calles, monumentos clásicos y antiguos, caminos reales; por eso califiqué a Barichara como la ciudad de piedra" dice este hombre, quien a sus 65 años luce emocionado y orgulloso de haber nacido en la región.

En Barichara, "el turismo es una de las principales actividades que sostienen su economía y quienes vivimos aquí, siempre estamos dispuestos a servirle a los visitantes, porque creemos que la imagen bonita de un lugar, empieza con la cordialidad que demuestran sus habitantes", afirma Roselina Galvis Ochoa, barichareña, empresaria y comercializadora de dulces típicos en la zona céntrica del corregimiento.

En efecto, turistas como Ledy Zomara Ruíz Sanabria y Karen Janine Ruíz Ruíz, mencionan que "en este lugar se respira un ambiente tranquilo e inspirador, que les reactiva el espíritu patriótico y les hace sentir emocionadas ante la creación y el ingenio del hombre". 


Por ello, Cultura a la Carta te extiende la invitación a  como lector para que conozcas más sobre este destino que ha sido seleccionado por segunda vez, para la realización del Festival Internacional de Cine en Barichara (FICBA), que se va del 28 de junio al 1 de julio. 

Sin dudas, un lugar en donde encontrarás espacio para el reencuentro con la naturaleza y el arte.




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La casa de Bolívar, también es Guane

Por: Milena Flórez V.


El libertador Simón Bolívar de camino hacia la ciudad de Cúcuta, tuvo que dormir una noche en la casa de un conocido suyo, ya que por lo prolongado de su viaje era mejor tomar un descanso para así, con fuerzas renovadas poder continuar su travesía libertadora.
Hoy por hoy ese lugar en el que pernocto el libertador, está en pleno centro de la ciudad de Bucaramanga y allí no solamente se encuentran algunos elementos del libertador, este lugar también se ha convertido en un santuario para la cultura Guane.


A lo largo del recorrido por distintos lugares de la sala muestra parte de la historia colombiana, desde los primeros escudos con los que fue identificado nuestro país, pasando por actas de reuniones en la fundación de la patria y otros registros y terminando con el escritorio lleno de cajones y secretos de Rafael Núñez creador del himno nacional.


Es sumamente interesante recorrer cada una de las salas y pasillos de esta edificación conservada en medio de la modernidad que se observa en la capital santandereana, sin embargo hay una sala que brilla con luz propia esa sala es la dedicada a la cultura Guane, esos indígenas que habitaron en las bravías tierras del departamento de Santander.


Los Guanes son protagonistas de la historia porque fue una de las tribus indígenas en Colombia con mayor avance en muchos aspectos entre ellos los hermosos tejidos a base de algodón con hilares en roca y demás implementos sacados de la naturaleza, adornados con hermosas terminaciones de distintos colores.
Es así como en la casa de bolívar se ha dedicado un espacio especial para recordar y destacar a la cultura Guane, allí se puede apreciar, vasijas de la época, los accesorios que acompañaban sus vestiduras además de una detallada exposición de los tejidos hechos por esta cultura.




Sin duda una de las secciones que despierta mayor admiración es en la que se encuentran los cuerpos momificados de algunos indígenas como prueba contundente de haber habitado esta región, además de poder observar algunos cráneos deformados como era la costumbre de la época, por la creencia de que el cráneo más deformado era la persona con más atractivo físico y con más estatus social. Frente a esta exposición muchas son las apreciaciones de visitantes propios y extranjeros, como la de Juan Carlos Malaver que aseguró que conocer la apariencia física de sus antepasados es importante porque de esta manera también se puede preservar la historia.


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